Las manchas en la piel, el tono desigual y el melasma son algunas de las preocupaciones estéticas más comunes en dermatología y cosmética. En este artículo descubrirás qué causa los problemas de pigmentación, cómo funciona la melanina y cómo crear una rutina eficaz para combatir el melasma y lograr una piel más luminosa y uniforme.
¿Qué es la pigmentación de la piel?
La pigmentación está determinada principalmente por la melanina, un pigmento natural producido por los melanocitos, células especializadas ubicadas en la epidermis. La función principal de la melanina es proteger la piel contra los daños causados por la radiación ultravioleta (UV). Sin melanina, nuestra piel se quemaría fácilmente con el sol.
El color de la piel depende de la cantidad y el tipo de melanina: la eumelanina (marrón a negro) y la feomelanina (amarillo a rojo). La proporción entre ambas, junto con factores genéticos, exposición solar, hormonas, acné, y la presencia de cicatrices, define nuestro tono de piel.
¿Qué causa las manchas y el melasma?
El melasma es una forma compleja de hiperpigmentación que aparece principalmente en el rostro y está influenciada por la exposición solar, factores hormonales, inflamación, genética y daños en la barrera cutánea. A menudo se ve agravado por embarazos, anticonceptivos, tratamientos hormonales o simplemente la exposición crónica al sol.
Además del melasma, existen otros tipos de pigmentación como la postinflamatoria (PIH), causada por acné, quemaduras o picaduras, la hipopigmentación (zonas más claras) y la pigmentación vascular (enrojecimientos visibles causados por dilatación de los vasos sanguíneos).
¿Cómo se produce la melanina?
El proceso se llama melanogénesis e involucra varios pasos:
La melanina se forma a partir de la tirosina, que es transformada en DOPA y luego en DOPAquinona mediante la acción de la enzima tirosinasa. A partir de ahí, se generan dos tipos de melanina: la eumelanina y la feomelanina. Estas se almacenan en melanosomas dentro de los melanocitos y luego se transfieren a los queratinocitos de la epidermis, donde actúan como filtros naturales frente a los rayos UV.
Este proceso puede ser estimulado por el sol, las hormonas, la inflamación o la presencia de radicales libres. Cuando se descontrola, da lugar a manchas oscuras, como ocurre en el melasma.
Características de la piel con melasma
La piel afectada por melasma muestra una serie de alteraciones microscópicas que ayudan a comprender por qué este trastorno es tan resistente:
La epidermis presenta hiperpigmentación irregular, mayor actividad de los melanocitos, y presencia de melanófagos (células que “comen” melanina). Además, se observa un deterioro en la función barrera, una recuperación más lenta, vasos sanguíneos dilatados y, en algunos casos, un engrosamiento epidérmico leve.
También se ha identificado una mayor expresión de factores vasodilatadores como el óxido nítrico, lo que explica por qué el calor y la exposición solar agravan el melasma, incluso con poco sol directo.
¿Cómo tratar el melasma y las manchas?
Para tratar eficazmente el melasma se necesita un enfoque integral que combine ingredientes despigmentantes, exfoliantes suaves, protectores solares y activos que restauren la barrera cutánea.
Activos recomendados:
- Niacinamida y ácido tranexámico para inhibir la transferencia de melanosomas.
- Hexilresorcinol, Nonapéptido-1 y acetil-glucosamina para bloquear la tirosinasa.
- Ácidos mandélico, fítico y azelaico para exfoliar suavemente y reducir el pH sin irritar.
- Ceramidas, vitamina F, escualano y hesperidina para reparar la barrera cutánea.
- Ácido ferúlico, vitamina C y vitamina E como antioxidantes y fotoprotectores.
- Ácido hialurónico, ectoína y glicerina para mantener la hidratación.
Importante: evita el uso de hidroquinona sin supervisión médica, ácidos glicólico o salicílico si tu piel es sensible, y retinol si no usas protector solar a diario.
Rutina ideal para piel con melasma o manchas
Una rutina diaria adecuada puede marcar la diferencia en la mejora del tono de la piel.
Por la mañana, limpia tu rostro con un limpiador suave libre de sulfatos, fragancias y aceites minerales. Aplica un tónico equilibrante, un serum con niacinamida o ácido tranexámico, y una crema hidratante con ingredientes calmantes. Finaliza con un protector solar SPF 50 de amplio espectro, incluso si el día está nublado.
Por la noche, repite la limpieza y aplica un serum despigmentante junto con activos reparadores y calmantes. Una o dos veces por semana, puedes incluir exfoliantes con PHA o enzimas suaves.
En cabina, los peelings con péptidos despigmentantes, como el White-up+ peptide peel, ofrecen excelentes resultados complementarios.
Conclusión
El melasma y las manchas pigmentarias son complejas, pero no imposibles de tratar. Con un enfoque adecuado, ingredientes eficaces y constancia, puedes lograr una piel más uniforme, luminosa y saludable. La clave está en proteger tu piel del sol cada día, evitar irritantes, mantener la hidratación y fortalecer tu barrera cutánea. Consulta a un profesional para personalizar tu rutina y combinarla con tratamientos en cabina si es necesario.
