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Acné y poros visibles

Un pH ácido es fundamental para una piel equilibrada y libre de acné. La inflamación sin granos visibles no siempre es piel sensible; puede ser acné subclínico. Evitar productos inadecuados es tan importante como aplicar los tratamientos correctos. El enfoque correcto es regular el pH, controlar las bacterias y reducir la inflamación sin obstruir los poros.

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Acné y poros dilatados

¿Cómo tratar los poros dilatados y el acné?
El acné es una afección cutánea compleja cuya causa principal es la proliferación de bacterias, como Cutibacterium acnes, en un entorno favorable: poros obstruidos, exceso de sebo y un pH superficial de la piel alterado. En condiciones ideales, la piel mantiene un pH ligeramente ácido (entre 4.5 y 5.5), lo que limita la multiplicación de estas bacterias. Sin embargo, cuando el pH se vuelve más alcalino —por ejemplo, por el uso de productos inadecuados o limpiadores agresivos—, la piel pierde su capacidad natural de defensa y las bacterias proliferan más fácilmente.

Estas bacterias liberan porfirinas, compuestos que desencadenan una respuesta inflamatoria. El resultado no siempre es la aparición de granos visibles; en muchos casos se manifiesta como enrojecimiento, sensibilidad e inflamación en la zona T (frente, nariz y barbilla). Esto puede llevar a una interpretación errónea: muchas personas creen tener la piel sensible, cuando en realidad están sufriendo un desequilibrio del pH y una proliferación bacteriana subclínica.

Como consecuencia, suelen optar por productos “para piel sensible” ricos en lípidos o texturas densas, que agravan aún más el problema al obstruir los poros y alimentar el entorno donde prosperan las bacterias.

¿Cuál es el tratamiento adecuado?
Restaurar el pH ácido de la piel:
Usar limpiadores suaves, sin sulfatos y con pH fisiológico. Nuestros productos son formulados específicamente para regular el pH superficial, ayudando a reequilibrar el microbioma cutáneo.

Controlar la producción de sebo:
Ingredientes como el zinc PCA, el ácido salicílico, o los PHA (ácidos polihidroxiácidos) ayudan a regular el exceso de grasa y minimizar los poros dilatados.

Reducir la inflamación:
Activos como la niacinamida, el retinol en bajas concentraciones y la ectoína ayudan a calmar la piel, reducir rojeces y mejorar la textura general.

Evitar texturas grasas oclusivas:
Es importante utilizar fórmulas no comedogénicas y ligeras que no contribuyan a obstruir los poros.

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